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A un año y medio del inicio de la contingencia: ¿Qué sucedió en los micronegocios?

Foto del escritor: José Antonio Lozya MarquezJosé Antonio Lozya Marquez

4 de noviembre de 2021


Haciendo negocios en tiempos de COVID


Durante este ultimo año y medio, nos encontramos con una situación extraordinaria que nadie hubiera podido prever, la cual cambio nuestros estilos de vida en todo sentido posible.

Ahora empezamos a recuperarnos; muchos de nosotros hemos sido vacunados, nuestros hijos regresan a las clases, y los negocios, los cuales se encontraban cerrados o limitados en sus actividades si no eran considerados necesarios para la supervivencia de las personas, han abierto del todo.


En este último caso, encontramos que muchos negocios sufrieron los efectos de esta suspensión de labores a largo plazo, aunque otros supieron adaptarse y encontraron nuevas formas de continuar vendiendo a pesar de la adversidad.


Conocimos el caso de negocios grandes, incluso de varios años de existencia, que cerraron sus puertas al no poder resistir las perdidas que sufrieron durante el transcurso de este año y medio. Incluso imperios empresariales como Disney, sufrieron pérdidas millonarias por el cierre de sus parques y de los cines alrededor del mundo.

Fue una época dura donde incluso muchos empresarios lucharon para que las autoridades les dejaran funcionar, las cuales eventualmente tuvieron que ceder ante la presión de estos en muchos casos, haciendo que pudieran continuar trabajando a pesar de la gravedad de la contingencia que se vivía en ese momento.


Pero ¿Y qué pasó con los negocios pequeños? Pues difícilmente tienen el poder monetario para seguir subsistiendo a pesar de no operar, por lo que también surge la pregunta: ¿Cómo lograron sobrevivir? y si es que lo hicieron ¿Qué dificultades tuvieron? Y ¿Qué fue lo que aprendieron?


¿Qué situación vivieron y viven las micro, pequeñas y medianas empresas?


Con un total de 6,373,169 empresas en México, según el resultado del censo económico del año 2019 presentado por el INEGI, el 94.9% de los establecimientos eran de tamaño micro, 4.9 eran pequeños y medianos y apenas el 0.2% representaban las grandes empresas.

De acuerdo al Estudio sobre la Demografía del 2020, 17 meses después del censo anteriormente mencionado, se registra que 1 millón 10 mil 857 establecimientos de las mipymes (20.81%) cerraron sus puertas definitivamente.

De acuerdo a el profesor Gerardo González, del Instituto de Investigaciones Económicas, son las micro, pequeñas y grandes empresas las principales generadoras de empleo y las impulsoras del desarrollo del país, aunque, desafortunadamente, el 80% de estas se han visto afectadas de alguna u otra forma por el coronavirus.


En el reporte dado a finales de octubre de 2020 dado por la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, se calcula que han sido más de 150 mil pequeños negocios y entre 250 mil y 300 mil micro negocios los que han tenido que cerrar definitivamente alrededor del país.


En el estado de Chihuahua también predominan las microempresas, pues representan el 92.4% del total de negocios, un aproximado de 27 mil. Las pequeñas empresas suman una cantidad de casi 2,000 y, en combinación con las medianas empresas (532), representan un 7.1% del total. Por su parte, las grandes empresas, que se calculan en una cantidad de 443, apenas tienen una representación del 0.5% (.docx).


José Guerrero Alderete Pacheco, director de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (CANACOPE), indicaba que a finales de 2020, alrededor 800 negocios pequeños y más de 1,000 micro empresas se verían obligadas a cerrar. Datos recabados por la Canaco a inicios de 2021, informó una cantidad parecida, donde 857 empresas dejaron de existir, además de reportar una caída en las ventas en general del 63%.


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Apoyos a los afectados


Para intentar minimizar las dificultades que ha traído la emergencia sanitaria, en algunos casos, los negocios se han visto en la necesidad de recurrir a apoyos económicos ofrecidos por los diferentes niveles de gobierno e incluso a la aportación de otros tipos recursos por parte de la iniciativa privada.

El gobierno federal, el año pasado, puso en marcha programas de crédito a microempresas y trabajadores independientes, los cuales volvieron a estar presentes a inicios de este año y más recientemente en junio, con 60,000 apoyos para quien lo solicitara.


En el caso de Chihuahua, se estableció el denominado Plan Emergente de Apoyo y Protección a la Salud, Empleo e Ingreso Familiar, que destino alrededor de 3 mil millones de pesos para ayudar a las mipymes afectadas, considerando también estímulos fiscales y créditos, por medio del “Programa Emergente de Créditos y Subsidios a las Mipymes”.


Por parte de la iniciativa privada, la Industria Mexicana de Coca-Cola, brindó apoyos a alrededor de 850 mil “tienditas” en forma de elementos sanitarios para la protección de los encargados; caretas de plástico reciclado, ventanas de atención al cliente y equipos para el cobro con tarjeta para así evitar lo más posible el contacto entre personas.

Amazon, por su parte, ha brindado formas de ayudar a que los pequeños negocios puedan tener presencia en su plataforma, reduciendo el 75% del costo para su uso y dando formas de aprender a usarla por medio de varios tutoriales y videos que pueden consultarse en cualquier momento.


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Los afectados


Hace un año habíamos contactado con Doña Soco, quien había empezado un negocio de servicio de comida en 2017, siendo ella una de las beneficiadas de uno de estos apoyos, específicamente uno de los que ofrecía municipio.

Su negocio consistía en preparar comida casera, la cual iba y ofrecía a los empleados de otros pequeños negocios, quienes no tienen muchas oportunidades de salir a buscar y comprar alimentos, por lo que para estos, la hora de la comida no presentaba mucho problema, solo debían esperar la llegada de Doña Soco.


En esos tres años, se había hecho de una clientela que no negaban para nada el buen sazón que tiene al cocinar. Tristemente su clientela prácticamente desapareció en el momento en que la emergencia sanitaria comenzó.


Y no es que solo hubiera sido el hecho de que los negocios no esenciales tuvieran que cerrar por disposición del gobierno, es que también Doña Soco forma parte del grupo de alto riesgo que puede tener severas afectaciones si llegase a infectarse por el virus, por lo que a sus más de 60 años, temía la posibilidad de enfermarse, por lo que ella misma decidió limitar el alcance de su negocio


Aunque no es que hubiera decidido abandonarlo todo, sino que se hizo más cuidadosa al momento de vender, pues decidió empezar a ofrecer sus platillos de comida solo a vecinos y negocios cercanos que aun pueden abrir y que, además, ella sabe toman la pandemia en serio, con las medidas sanitarias adecuadas.


A un año de esto, ahora nos enteramos que el negocio de Doña Soco lamentablemente sucumbió, pues a pesar de que sus propias medidas la hacían sentir segura y le permitían continuar su negocio, las ganancias que obtenía entonces a comparación de las de antes de la enfermedad, eran muy pocas pues contaba con una clientela muy limitada.


Decidió aplicar en su momento a la beca de emergencia ofrecida por el municipio para negocios afectados por la pandemia. Y aunque si le funciono por un momento para tener lo básico y pagar sus gastos, eventualmente ya no podía mantenerlo, pues la clientela poco a poco fue terminándose, en algunos casos, por los peores escenarios que ofrecía la pandemia.


“Desearía que esto ya acabara para poder ir yo a moverme y buscar a ver quién le puedo vender comida”, era lo que nos contaba en un momento. Lamentablemente el COVID-19 nos afecto negativamente a todos y a Doña Soco, le toco ver su negocio, de ya 4 años, caer.


Pero a pesar de esto, se considera afortunada, pues pudo haber sido peor, como lo que le ocurrió a Don Lalo, antiguo cliente de todos los días de Doña Soco. Don Lalo tenía su tiendita desde hace más de 20 años, vendía de todos y ya todo el mundo lo conocía, era parte de la vida cotidiana de las personas de la zona.

Un día, a pesar de que Don Lalo tomaba todas las precauciones correspondientes, incluso algunos de sus clientes bromeaban acerca de la seriedad en que se lo tomaba, termino por sucumbir ante el virus, el cual, inesperadamente de un día a otro, termino con su vida y así termino un negocio ya tradicional, que a pesar del esfuerzo de familiares y hasta vecinos para mantenerlo, termino por cerrar definitivamente hace apenas un par de meses.

Por otra parte, esta el caso del Oxxo cercano, esquina con la calle José Martí y Av. Zaragoza, donde su antigua dueña, Carla, ya estaba acostumbrada a trabajar en este, pues llevaba casi 8 años administrándolo. Al principio, no quería que el COVID-19 la asustara, pues se estaba convirtiendo en el negocio de su vida.

Igualmente la gente ya la conocía y sabía como tratarla. Pero tras conocer los efectos reales de la enfermedad vistos de propia mano, incluyendo lo que sucedió con el caso de Don Lalo, no sintió otro remedio más que abandonar su trabajo, esperando no sufrir los mismos destinos que algunos de sus clientes o de Don Lalo.


De la formalidad a la informalidad


A pesar de estos ejemplos, no todos los negocios tuvieron el mismo destino que los mencionados. En muchos casos, los negocios supieron adaptarse y hasta pudieron encontrar una oportunidad entre la adversidad del ultimo año y medio.


Eso sí, antes de esto, seguramente sufrieron de múltiples maneras antes de llegar a reinventarse, tal como el caso de Manuela Márquez, donde de un negocio que pagaba puntualmente sus impuestos, se vio en la necesidad de pasarse a la informalidad para poder sobrevivir.


De todos los negocios que había en México en 2019, según el censo económico de tal año, el 62% de los establecimientos eran informales. De acuerdo a resultados de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo del INEGI aplicada en abril de 2020, eran un total de 20 millones de personas las que trabajaban de esta manera.


Posteriormente, en una segunda encuesta realizada en mayo, se dio un aumento de 1.9 millones de personas más, como resultado del confinamiento causado por el coronavirus.

Ha sido un efecto inesperado durante los meses pasados de distanciamiento social, también como lo menciona Guerrero Alderete, pues la actividad informal en Chihuahua aumento en un 250% como efecto del cierre de negocios.


En el caso de Manuela Márquez, encontramos que era dueña del pequeño restaurante nombrado como Antojitos Doña Anita, negocio que se ubicaba perfectamente en una plaza comercial en la colonia 20 aniversario y que gozaba de un crecimiento notable.


Desafortunadamente, la falta de clientela durante el periodo de confinamiento, hizo insostenible al negocio y Manuela tuvo que cerrar el local, pero no así su deseo de continuar cocinando.


Sabía que tenía que cambiar su forma de vender si quería sobrevivir, por lo que se las ingenió para recrear su negocio ahora desde su hogar, aunque ahora de manera totalmente informal.


Encontró una nueva forma de publicitar la comida que prepara, publicándola diariamente en redes sociales como Facebook, donde sus vecinos, amigos e incluso antiguos clientes le hacen pedidos que les son entregados a domicilio, agregando posteriormente su negocio en la diversas aplicaciones de servicio a domicilio que fueron creándose en los últimos años.


Aun cuando la ultima vez que nos conto su historia hace un años apenas estaba incursionando en esta nueva forma de hacer negocios, encontramos que a pesar del trago amargo inicial durante el inicio del confinamiento, se podía considerar que todo había sido como una bendición enmascarada, pues sus ganancias se habían duplicado desde que decidió operar su negocio de esta manera.

En la actualidad, encontramos que su negocio se encuentra totalmente recuperado e incluso más grande que antes, además de que nuevamente había intentado reiniciar su negocio de manera física, sin dejar de lado la parte digital que le hizo poder sobrevivir a estos tiempos difíciles.


El resultado es un negocio de comida que va creciendo constantemente, con clientela ya reconocible que le hace pedidos a diario tanto físicamente como por las aplicaciones móviles de comida rápida.


Fue difícil, pero la clave era no rendirse


Las empresas de venta de alimentos, aunque también tuvieron varias dificultades como lo pudimos constatar en los casos anteriores, tenían una ventaja para su supervivencia sobre el resto por el hecho de ofrecer un servicio fundamental para las personas.


En cambio, los negocios no considerado esenciales se vieron en la obligación de cerrar sus puertas durante el llamado semáforo rojo y angustiosamente habían tenido que esperar a ver el semáforo cambiar lentamente para poder así reiniciar actividades.


Durante ese periodo de tiempo, las pérdidas fueron muy duras, por lo que cuando por fin el semáforo llego a un color donde se permitían sus actividades, dio un respiro para todos los involucrados en las actividades comerciales, pues podían empezar a recuperar lo perdido.


Tristemente la situación volvió a empeorar y el semáforo regresó a rojo. Y aunque muchos empresarios pudieron entender la situación que se vivía entonces, acatando las ordenes de las autoridades de confinamiento, estos ya no podían continuar con sus puertas cerradas.


La asociación de Comerciantes del Centro (Cocentro), declaró en su momento que en caso de que se prolongara más tiempo el semáforo en rojo, al menos 50 negocios de la zona Centro cerrarían para siempre, según lo declaro Ricardo Perea, presidente de la organización, siendo actualmente más de 80 los que lo hicieron.


A pesar de toda la situación sufrida, existieron personas que lo dieron todo para mantener su negocio funcionando, siendo cada empresario teniendo que buscar las estrategias adecuadas para lograrlo.


Como lo encontramos con el caso de Pedro Aragonez, quien inicio su negocio de desarrollo de software justo cuando la declaración de emergencia sanitaria se dio en el país hace un año y medio.


Afortunadamente por el tipo de negocio que maneja, se le facilito el trasladarlo mayoritariamente a las redes sociales, donde ha logro mantenerse estable, aunque siempre deseando poder continuarlo en el local que había rentado para ello.

Desafortunadamente, él fue uno de los afectados por la actual enfermedad que impacta al mundo, y aunque eventualmente mejoró, nunca dejo de ser optimista ante la situación y evito lo más posible abandonar su trabajo. Actualmente su negocio sigue en pie, ahora haciéndolo desde su local propio y sin ningún otro inconveniente.


Los casos como los anteriores presentados han llegado a repetirse en los varios negocios de la ciudad; muchos cerraron, ya sea por falta de solvencia, por miedo o hasta por la muerte de los operadores a causas del COVID-19, otros lograron sobrevivir, tomando oportunidades que tal vez de otra manera no hubieran tomado; se les obligo a evolucionar y encontraron toda una nueva forma de hacer negocios en la red.


A pesar que la época en que el mundo se paralizo prácticamente por varios meses y de que la situación actual ya no es tan grave como en aquellos momentos, todos aún seguimos esperando un fin a la situación que se vive, pues siguen existiendo limitantes que se dan cuando el semáforo epidemiológico regresa a un color poco favorables para los negocios.

Independientemente de todo, lo que se puede rescatar de todo esto, es que toca a cada quien buscar la forma de continuar adelante a pesar de las adversidades, no significando esto el hacerlo de manera desmedida, pues pudiera tener efectos contraproducentes, pero si se puede hacer ya sea adaptándonos o descubriendo nuevas formas para lograr el objetivo que buscamos cumplir, pues como lo dijo Pedro al final de la conversación en aquella primera platica: “en las marchas duras, solo los duros marchan”.




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